Una cuestión de intimidad


Recientemente tuve la ocasión de ver unas imágenes de vídeo grabadas desde un dron. El piloto había metido el dron entre un bando de grullas, que se movían evitando el aparato, una y otra vez. Otra escena consistía en presionar y hacer volar repetidas veces a un grupo familiar que mostraba un estado de permanente alerta. Además el conductor del dron colocó el aparato sobre una familia de somormujos cuyos pollos se sumergieron buscando protección cada vez que el dron amagaba sobre ellos. Los adultos aguantaron hasta que el cameraman-locutor expresó sonriente“ ¿cómo que no vais a ir pabajo?...¡amos hombre!” y los hizo desaparecer bajo el agua.
Desde entonces al levantar la tapa del retrete miro para comprobar que no haya un dron que me haga una magnífica toma de mi excremento resbalando por el orto.
Una cuestión de intimidad.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ecología política o ¿Hay mundo más allá del ombligo?.

Caza y machos.

Sin auxilio